La señora que no pudo festejar en su propia fiesta.

La señora no había tenido una buena semana, y eso por cierto la ponía de un humor exasperante, maltrataba a cuanto funcionario se le cruzaba enfrente, tuviera o no razón o motivo alguno, cuando intentaba en vano relajarse un poco se encerraba en su oficina presidencial y cerraba la puerta con llave, se desplomaba sobre el mullido sillón y hacia un breve y agitado repaso desde su adolescencia hasta el día que llego a la primer magistratura del país del sur, que había decidido gobernar a merced de sus caprichos y deseos, desoyendo incluso los temerosos consejos de su esposo y socio político, ex presidente y mentor de su llegada a la máxima representación del país,
- ahora la que gobierna soy yo- , le repetida cada vez que tenían alguna diferencia de criterios.
Había sido una joven inquieta y cargada de ideales, militante incansable y de convicciones muy fuertes, cuando los dos se recibieron de abogados decidieron que una provincia del extremo sur seria su campo de batalla, y montados en cada coyuntura posible ambos construyeron un inagotable e invencible poder político y económico, siempre juntos y socios crearon una familia, un entorno de seguidores y obsecuentes y con los años comenzaron a pensar que un destino superior los llamaba a ambos a una tarea heroica y titánica, si juntos habían domado una provincia, que les impediría hacer lo mismo con este pobre y desvencijado país??.
El país sobrevivía en constantes crisis y en una de ellas la oportunidad se presento y juntos una vez mas, se manotearon todo el poder completo, y lo ejercieron a gusto y placer.
Con el tiempo ella, que había sido una eficaz acompañante comenzó a reclamar que se cumpla el trato, y su marido, el presidente, algo temeroso de un escándalo mayúsculo accedió a cumplir su parte del contrato, la señora seria la próxima presidente del país del sur, y así sucedió, sin abarates ni sobresaltos su propio esposo un día de gloria de coloco la banda presidencial, y su momento de brillar en el mundo había llegado.
Los primeros años de su mandato fueron como los había soñado, todo se cumplía al pie de la letra, y los números de su gestión marcaban un indiscutible éxito, pero, entrado el tercer año las cosas empezaban a descomponerse por todos lados, la gente ya no pedía solo que las cosas vayan un poco bien, sino cambios profundos, cambios de valores, intangibles extraños para ella porque no figuraban en su paisaje, y a los cuales nunca llegaba a dar una respuesta contundente.
Aquel verano en el descanso apacible en su residencia de ensueño junto a los glaciares del sur, decidió un rápido plan de acción para recomponer todo de nuevo, - como era antes -, pensaba para sí; rápidamente una imagen brillante vino en su auxilio, próximos al festejo del bicentenario de la patria, convocaría a toda la gente a la fiesta mas grande que el país jamas soñó, llamo a todos los representantes políticos posibles, y comenzó a diagramar su nueva epopeya.
El nuevo plan estaba armado y consensuado, pero al poco tiempo los primeros datos de las encuestas llegaron a sus manos, estupefacta escucho a los encuestadores mas prestigiosos del país, y todos coincidían en algo, la gente esta en otra cosa, no ha resultado del mas mínimo interés la fiesta del bicentenario, además, coincidían, muchos se reían de todas esas cuestiones a las que consideraban poco trascendentales para la vida de las personas, su propia imagen estaba cayendo, todo parecía estar derrumbándose, una percepción compartida, pero no suficientemente bien explicada.
La situación la puso de un humor intratable, echo a todos del despacho, y a los gritos llamo a su marido, - pero que quiere la gente - , le preguntaba encolerizada,
- fijate lo que es esto, un catástrofe asegurada, que esperan que suceda -, repreguntaba al ex presidente, que a estas alturas pensaba que volver atrás ya no seria posible; - fijate, fijate esa cosa que esta pasando, y nosotros no podemos convocar a nadie, fijate vos eso de estos días, haceme un favor, podes poner Crónica TV?-, el pedido era una orden, se dirigió a un costado del estudio donde encendió un gran equipo de televisión con pantalla de cristal, y juntos observaron sin entender esa realidad que tanto habían dominado, al son de una marcha cuasi militar y alegre, que por asociación le hizo recordar a esos festejos patrios, el locutor anunciaba con bombos y platillos la ultimas noticias, casi gritando como quien vende algo por la calle:
- MENDOZA, ULTIMO MOMENTO, SON MAS DE 100.000 LOS PEREGRINOS DE TODO EL MUNDO QUE LLEGAN HASTA PUNTA DE VACAS.
Mientras la música tomaba fuerza, las letras grandes en un naranja brillante que parecían escapar de la pantalla tapaban las imágenes de un paisaje montañoso colmado de personas, a la par de la música el locutor se entusiasmaba:
- ES UNA DE LAS PEREGRINACIONES MÁS GRANDES EN LA HISTORIA DEL PAIS, MAÑÑANNNAAAA HABLA SILOOOOO.